El último año de mi grado decidí que un Erasmus era una experiencia única que necesitaba vivir. No sé qué fue lo que me hizo sentirlo una necesidad pero así fue, luche contra mar y viento, contra obstáculos y burocracia, pero valió la pena.

Estudié en una pequeña ciudad llamada Utrecht, es un Amsterdam más pequeño, muy encantador y con menos turistas. Llegué allí en coche desde España con mi pareja. Él más tarde prosiguió hacía Münster en su propio Erasmus, y compartí hogar con dos holandeses que me hicieron sentir en casa, como dos hermanos mayores.
Cuando vives en otro país y estas sola desarrollas super poderes, pero el más importante que yo florecí fue la independencia, viví un empoderamiento increíble, viví mi vida sola y la compartí cuando quise.
Los Erasmus crean una gran exaltación de la amistad, tenía un grupito de amigos de muchas nacionalidades diferentes, Alemania, India, Holanda, España Y Francia. Juntos vivimos muchas aventuras, tuvimos conversaciones profundas, paseos en bicicleta en la madrugada, copas de glüwein alrededor de una hoguera, paseos por mercados vintage y noches de juegos infantiles. ¿Lo mejor? La diversidad, aceptarse tal cual cada uno es.
Ese es un gran rasgo de los Erasmus, la mente abierta, uno sale de su casa y sabe que lo que va a encontrar no es igual que lo que refleja el propio espejo. Y si uno quiere tener una buena experiencia debe abrir su mente para abrir el corazón.
ITINERARIO UTRECHT:
¿Cuándo ir?
Todo tiene su encanto, para ver tulipanes o jardines florecidos la primavera es la mejor época. En mi caso yo viví más el invierno y sus blancas navidades. No es que nevase mucho pero sí que es una ciudad preciosa y muy ambientada en el espíritu navideño.

Mis cosas favoritas:
- Pasear a media tarde por las calles de Utrecht. Me encantaba ponerme los cascos y decidir mi banda sonora mientras paseaba cuando el sol había desaparecido casi completamente. La arquitectura holandesa tiene grandes ventanales y aunque me da vergüenza me encantaba pasear y ver desde las ventanas como se desenvolvían las vidas familiares. De hecho tengo mi casa favorita, la típica casa que quieres tener, era de unos abuelitos encantadores, él cocinaba y leía libros en una gran butaca mientras su dulce mujer cosía en su escritorio. Suspiré de amor más de una vez viendo su cuadro.
- Pasear por los mercadillos vintage. Facebook ofrece muchos eventos y uno de mis favoritos eran estos mercadillos, a veces podías comprar al peso y te ibas en tu bicicleta con ese olor tan original que tiene la ropa antigua. También son preciosos los mercadillos artesanales, pequeños artistas o artesanos vendiendo sus obras.
- Aventura en kayak o en barco por el canal Oudegracht. Sí, los canales son la marca distintiva de Holanda. La verdad es que las sensaciones que producen son mágicas, y navegar en ellas es especial. Si sois un grupo de amigos os recomiendo alquilar una barquita, llenarla de comida y bebida y al ritmo de un altavoz montéis la fiesta a lo largo del canal. Una experiencia inolvidable.
- Pasear en bicicleta. Es un must do del lugar, alquilar una bicicleta o comprar una en caso de larga permanencia es un plus de independencia bohemia. A cualquier hora y lugar es posible conseguir una, para los holandeses las bicicletas tienen prioridad y un gran respeto. Una de las cosas que más me impacto fue ver a las que yo llamaba «madres coraje», mujeres que a las ocho de la mañana iban en bicicleta empujando un carrito con dos niños somnolientos en pleno invierno. Dignas de admirar.
Mis lugares favoritos:
- Belgisch Biercafe Olivier Utrecht. Una de mis cosas favoritas para un domingo por la tarde, y no, no iba a rezar. Una iglesia convertida en pub con muchos juegos de mesa con los que jugar con amigos y una enorme variedad de cervezas. Mi favorita una de frutos rojos.
- Mariaplaats. Es una plaza muy pequeña pero con un encanto especial, en invierno tiene luces por todo el lugar y una pequeña cafetería preciosa. También hacen mercadillos artesanales.
- Castillo den Haag. A veinte minutos de la ciudad en bicicleta tenemos este precioso castillo dos periodos que disfrutar. En invierno vale la pena ir para el Fairy Christmas Market, los jardines se llenan de pequeños puestos para comprar artesanías y todo está impregnado de ambiente navideño. Por otro lado, durante la primavera/verano podéis visitar los jardines y el castillo o una de las dos opciones. Yo me llevaría una cestita con comida y aparcaría por el camino en la naturaleza.
- Giethoorn. Una pequeña aldea entre canales, no hay coches pero si barcas silenciosas que van entre las casas, preciosas por cierto, mágicas. Y luego a un lugar más desierto y tan tranquilo que a mí me quito el aliento.
- Den Haag. En sí no es el lugar más precioso, pero sus playas plagadas de conchas y sus mercadillos navideños enamoran. Además allí está mi museo favorito «Mauritshuis», es pequeño y eso lo hace increíblemente hogareño, os prometo que me quedé embobada con un pomo que sujetaba una cortina. Y tiene grandes obras de Rembrant.
- Amsterdam. Sin duda una parada importante, una ciudad que cuanto más te pierdas por caminos desconocidos más increíble es. Eso sí, yo recomiendo hacer un free tour, mi compañía favorita es «Sanderman», saber para ver, no es lo mismo caminar sabiendo la historia que aguarda una ciudad que andar sin más.

Mis cafeterias favoritas:
- Coffeecompany. Donde iba a estudiar, allí me resguardé de muchas tardes de lluvia con un chocolate caliente y mi ordenador. Tienen una banda sonora genial, un café delicioso y sinceramente unas vistas increíbles.
- Stach food. Si puedes ir te contaré un secreto, compra un brownie y algo que te apetezca beber y sube las escaleras, al lado de la ventana podrás ver la Dom, las vistas son geniales y es un lugar pequeñito precioso.
- Bagels & Beans. Muchos sábados me despertaba pronto y salia con mí cámara a pasear, muchos de esos paseos terminaban en la plaza Mariaplaats y desayunaba en esta cafetería. Tienen un té matcha late que te despierta dulcemente.
- Frietwinkel. No es Bélgica pero como son vecinos son expertos en patatas fritas, mi comida favorita. Las cortan allí mismo con piel y todo y tienen muchas salsas a escoger.
- Anne and Max. Fui alguna vez a desayunar, es un lugar bonito, y muy gustoso, la comida muy rica.
- Dogma. Una rápida parada para un vegan hotdog.

Utrecht es un lugar de película, de esos sitios que deben ser tratados con respeto y amor. Los holandeses hablan perfectamente inglés, son muy amables y abiertos. Espero que todo esto os sirva para ver otra Holanda, me faltaron por descubrir miles de lugares pero eso ya te lo dejo a ti.