Escocia – Edimburgo

Unos vientos que llamaban a mi puerta, si habéis visto alguna vez Chocolat la película, podréis entenderme. Siempre me sentí como Vianne Rocher (Juliette Binoche), llamada por el viento. Después de la experiencia en Utrecht no podía parar de pensar en mi crecimiento personal. Escocia estaba en mi mente desde hacía varios años, como si tuviese una cuenta pendiente, una vida allí o una memoria, y una cosa llevó a la otra y después de mucho ahorrar y planear tomé la decisión de que pasaría un tiempo en mi vida de vivir un poco alrededor del mundo.

Martin es mi pareja y siempre hemos coincidido en la importancia de educarse a través de viajar. Nos llama tanto la atención saber que no sabemos nada, que ver mundo nos hace sentir un poco más humanos, más en conexión con la humanidad. A todo eso se suman las ganas de aprender, los dos somos maestros, pero no hemos querido ejercer aún, en mi caso percibo un mundo tan internacionalizado que opino que la educación debería ser de igual modo, y como no creo que actualmente sea así estoy buscando mi manera. Recuerdo una frase africana que dice más o menos y resumidamente que se necesita a toda una sociedad para educar un niño. Me parece tan cierto que creo que para hacernos más sensibles y competentes para ayudar el mundo se necesita a toda la humanidad. Por ello Martin y yo viajamos y trabajamos con niños alrededor del mundo por ahora solo hemos llegado a Europa pero iremos a más, aprendemos nuevas metodologías y perspectivas que luego utilizamos adaptamos a las nuestras. No es fácil, se pasan periodos de dificultad y adaptación pero es terriblemente enriquecedor. Y si digo terrible es porque cuanto uno más sabe más cuesta adaptarse a viejas costumbres.

Nos volvimos a montar en un coche, esta vez el mío – se llama Thor, porque aunque todo el mundo duda de él yo siempre he confiado plenamente – ; en el asiento de atrás Lecker nuestra perrita nos acompaña siempre y si no lo hace es porque nos es imposible, pero tiene tíos y tías que siempre la cuidan. Y empezamos nuestra pequeña aventura fuimos desde España hasta Edimburgo, por carretera, con la música bien alta, y en hoteles de todos los colores siempre y cuando acepten a perros:

Mini itinerario hasta Edimburgo:

  • Navarra: dimos un precioso paseo por sus montañas (Bosque de Irati) y nos sumergimos por su naturaleza.
  • Bayona: pasear por su casco antiguo y sobretodo pasear por la noche con su alegría y sus luces.
  • La Rochelle: pasear y más pasear, tiene un encanto muy especial, una arquitectura muy armónica que me recuerda un poco a Viena pero con más sutileza y, con ese toque francés.
  • Pontorsón: Le Mont Saint-Michelle no tengo palabras para explicar ese castillo tan Disney, una magia especial de día – puedes hacerte fotos en la base – y de noche – sube la marea y puedes observar la magia del Atlántico.
  • Giverny: un solo lugar que lo vale todo «los jardines de Monet», adoro el pintor pero es ver su casa y su jardín y ya me enamoro del todo, flores por todo, verde, lagos, pinturas, vamos todo lo que me gusta.
  • Calais: me sorprendió, fuimos allí como simple parada para coger el ferry a UK, pero fue una bonita casualidad, es tan raro ver la mezcla de dos culturas tan diferentes (francesa e inglesa), nos metimos en un pub y nos reímos tanto y disfrutamos de una hamburguesa vegana que fue uno de los mejores días. Muchas veces no es lugar sino la compañía.
  • Canterbury: me emociono al pensarlo, viví varias experiencias geniales; paseo en barco por el canal (te explican un poquito de historia) es en una barquita pequeña, de madera y en petit comité. Canterbury Tales Museum, me robó el corazón, y es como yo imagino en parte la magia de la educación, una iglesia convertida en un laberinto de escenas con muñecos de cera que te explican de diferente manera los famosos cuentos de Canterbury, en todos los idiomas. El mejor restaurante vegano del mundo, no se si fue el hambre voraz que pasé en Francia – el veganismo no es su palabra favorita -, o que fuese un pub, no lo sé pero si vais aunque no seas vegano no te lo pierdas. The Monument, toda la comida es increíble, te quedarás muy satisfecho y los postres son indescriptibles.
  • Londres: no puedo escribir aquí todo lo que me gustaría así que más adelante haré un post.
  • York: Me emociono al pensar en ese lugar, comimos en Spark York un mercadillo de comida muy original, paseamos por la calle comercial más antigua de Europa – que casualmente inspiró el callejón Diagón de Harry Potter-, y sí hice el tonto creyéndome Hermione. Y viví otra experiencia especial como en Canterbury: Jorkvik. Resulta que me alucinan los vikingos y su cultura, y York fue un asentamiento muy importante de estos en UK, han dedicado un museo a ellos y la manera de educar me parece fabulosa, es una recreación a tamaño real de un típico poblado, van en un carrito que te cuenta la historia, sin palabras.

Después de York conducía Martin, y me quedé dormida agotada del viaje y emocionalmente, haciéndome a la idea de que una nueva vida empezaba para mí. Me desperté a escasos metros de la frontera de Inglaterra con Escocia y al cruzarla la sensación fue de hogar. Los campos, las montañas, el verde de mil tonos y las casitas. Y así empezó una importante etapa de mi vida.

Compartía casa con dos italianos, Cristina – con la que aprendí mucho de ella, nos vimos muchas horas de series y compartimos muchas conversaciones, con Guiseppe me reí mucho, creo que se hartó del veganismo pero cocina los mejores Petoles del mundo.

Ciudades y pueblos que me gustaron en Escocia:

  • Edimburgo. No quiero ser pesada pero es que es precioso, spooky lo definen, y a la vez tiene un encanto único. Más abajo os dejo los detalles de mi love affair con la ciudad.
  • Stirling. Encantador, un pequeño lugar que es perfecto para una excursión de un día, nosotros fuimos en noviembre cuando Papá Noel visita la ciudad – tirado por renos cosa que no nos gustó tanto -, yo me encontraba un poco débil ese día. Así que pasamos bastante rato en una cafetería vegana muy especial y amante de los perros, llamada Darnley Coffe House, con un dulce chocolate caliente que me curó un poco mi cuerpo y alma. Finalmente dimos un paseo por el impresionante castillo de Stirling, su cementerio y alrededores, para acabar en la plaza principal donde hacían el encendido de luces de Navidad.
  • Glasgow. No es mi lugar favorito pero si tienes mucho tiempo es una parada obligatoria, es una ciudad grande, con grafitis interesantes, tiendas muy glamurosas, muchos restaurantes veganos o con opciones y son anfitriones de muchas ferias veganas increíbles.
Stirling

Ahora me centro en la ciudad en la que viví, y vamos a empezar con uno de los iconos de este país. Por cierto, cuando hablo de restaurantes o pubs yo SIEMPRE os voy a recomendar que reservéis o os podéis quedar sin comer todo el día.

Pubs favoritos de Edimburgo:

Hay un montón, de pubs y todos son geniales así que voy a remarcar dos que son para ocasiones especiales y que destacan un poco. Por cierto en muchos sirven fish&chips veganos pero yo no lo pude probar porque estaba siempre agotado.

  • Stramash. Salir de fiesta al puro estilo escocés, traen bandas de música cada semana, te pueden sorprender con un ceilidih – típica recepción de baile escocés -, hasta grupos de los ochenta o todo lo que te puedas imaginar.
  • Gilie Dhu. Cuando mi madre vino a visitarme con unos amigos fuimos un viernes por la noche a este pub/sala de baile. Sobre las nueve de la noche subes a una sala preciosamente decorada, el que quiere bebe y el que no, charla con personas o baila. Allí se celebran los tradicionales ceilidih, hay una banda y un maestro de ceremonias que te enseñan los pasos de cada baile. Es muy divertido y si tienes la suerte de que te saque un/a escoces/a de verdad, será un recuerdo inolvidable.

Markets:

  • Christmas Market. Situado en Princess Street se llena de vida sobre noviembre con atracciones, puestecitos de comida y pequeños tenderetes. Y se queda hasta principios de enero si no recuerdo mal.
  • Vegan Markets: Endinburgh Vegan Festival es una página en Facebook donde se muestran eventos veganos a los alrededores. Yo fui a alguno en EDN y en Glasgow.

Cafés:

Quien me conoce sabe que soy una amante de los cafés, cuando viajo es uno de mis momentos favoritos. Cuando estoy cansada y ya no puedo más, cuando los pies no responden uso la poca fuerza que me queda para buscar un café -normalmente uso la aplicación Happy Cow para encontrar algún lugar vegano o con opciones-.

The Milkman
  • The Milkman. Mi favorito, es tan pequeño y rústico que se me antojaba como una cueva/refugio. Si estaba libre el banco de la ventana me había tocado la lotería, me sentaba allí con mi súper jersey, un chocolate, un libro y Lecker. Normalmente iba por las mañanas porque cierran a las 18h.
  • The Wall Coffee And Design House. Esta al lado de The Milkman y son especialistas en café, y la decoración es muy bonita.
  • Starbucks. Como he dicho aquí los cafés abren pronto y cierran pronto, después solo me quedaba esta famosa cadena de cafeterías. Normalmente trabajaba por las tardes y después me gustaba ir allí a trabajar con mi ordenador. En invierno los cristales de la planta de arriba se empañan por el choque de temperatura y crea un efecto hogareño delicioso.
  • Casa Angelina. My lugar los fines de semana, es una sala de té, esta bastante escondida pero si la encuentras no te arrepentirás. En la sala de atrás tienen una pequeña sala, con un ventanal que da a un patio interior con jardín. La comida esta deliciosa y siempre tienen maravillosas opciones veganas.
  • The Pantry. Aunque no tengan muchas opciones veganas alguna tienen y el lugar es el favorito de muchos edimburgeses los domingos para celebrar un brunch.

Restaurantes:

  • Howies. Mi favorito es el que esta al lado de Calton Hill, no es un sitio vegano de por sí pero tienen muchas opciones, la atmósfera es muy elegante y no es excesivamente caro. Los sabores son muy escoceses y sacan el máximo partido de los que puede ofrecer el lugar. 
  • The flying Pig. Un lugar muy juvenil, me recuerda un poco a los bares en ruinas de Budapest, tiene ese encanto urbano pero acogedor, tienen muchas opciones veganas american style que hacen palpitar al corazón del gusto.
  • Nova Pizza. Fuimos tantas veces que ya nos conocían, siempre que teníamos un poco de dinero íbamos a cenar allí. Toda la carta puede ser o vegetariana o vegana. La pasta a los cuatro quesos, o el «salmón» entre otros nos dejaba tan satisfechos que después de tal atracón nos encantaba pasear por los alrededores y ver los jardines tan creativos que los inquilinos de pisos subterráneos creaban.

Excursiones alrededor de Escocia:

Aberfoyle
  • Aberfoyle. Al llegar ahí te verás sumida en una increíble naturaleza, hay diferentes rutas todas bien señalizadas, dependiendo de tus intereses y estado físico/anímico elige la tuya. De esta excursión puedes esperar actividad física rodeado de mucha naturaleza, fotografías preciosas, alguna sorpresa artística y mucha paz. 
  • Carnigom + Pitlochry + Festival de luces. El primero es un parque protegido que te transmitirá mucha paz, nosotros simplemente paramos el coche en un punto que nos iba de camino y dimos un paseo, después nos dirigimos a Pitlochry donde empieza la aventura del Festival de luces. Lo voy a explicar con detalle: lo primero que tengo que decir es que las entradas vuelan, recomiendo comprarlas por lo menos dos meses antes porque nosotros sufrimos bastante para conseguirlas. Cuando llegas a Pigchlory y entregas tu entrada te suben a un autobús que te lleva al bosque donde la magia empieza. Esta experiencia es un circuito cerrado en hora nocturna por un bosque, por el camino hay diferentes exposiciones lumínicas que te dejarán con la boca abierta. Hay hasta un tipi donde cuentan cuentos tradicionales, tiendas donde comprar cositas y puestos de comida, chocolate y dulces. Es una experiencia mágica, si puedes hazla no te vas a arrepentir. https://www.enchantedforest.org.uk
  • Milrrochy + Conic Hill + Devil’s Pulpit. Esta aventura es bastante larga y recomiendo dividirla en dos días o empezarla prontito. Milrrochy es un pequeñísimo pueblo al lado de un lago, si paseas por la orilla encontrarás the lonely tree, un árbol que está en medio del agua, una imagen muy poderosa. Realmente solo está cubierto de agua en época de deshielo, pero el paseo es muy bonito y liviano. Conic Hill es una ruta familiar de montaña con unas vistas increíbles, el ambiente de comunidad se respira de manera muy sana y esta al lado del lago mencionado anteriormente. A unos cuantos minutos en coche de la montaña encontrareis escondido Devil’s Pulpit, cuidado con la bajada que, aunque corta, se las trae. Pero merece totalmente la pena, si eres fan de Outlander te gustará saber que fue una localización de la serie durante la primera temporada. Las aguas son rojas por la piedra que tiene por suelo, el musgo cubre las paredes de las rocas y se respira la humedad de manera especial. Puedes andar por el río, solo dos chicos más y yo nos aventuramos. Advertencia, no vayáis solos y cuidado con los agujeros, el suelo es oscuro y no se ven. 
  • Coldingham Bay. Cuando mi cuñada me vino a visitar quería enseñarle algo que no se le fuera a olvidar, empezamos con la playa Coldingham Sands que esta llena de casetas de pescador muy diferentes a las que estamos acostumbradas, pues estas estaban llenas de colores. Después de un rato tomando fotos y jugando con las conchas nos fuimos hasta Ebba Centre donde aparcamos el coche y empezamos la ruta Coastal –
    The Berwickshire Coast, pasamos por el lago Mire (Mire loch) es muy pequeño desde donde se podía ver el océano, fue una sensación única. Luego empezamos a caminar por montañas bajas hasta acantilados donde pudimos ver focas alimentando a sus bebes en las playas. Y esta es la experiencia emocional a la que me refiero, ver a los animales en libertad es uno de los mayores regalos de viajar, la humanidad no tiene cabida para zoos, porque es egoísta encerrar a los animales en un lugar cerca para poder verlos. Nosotros fuimos a mitades de diciembre y tuvimos respeto máximo hacía ellas, hay que respetar las delimitaciones en las playas para no molestarlas. Además que se vuelven muy protectoras con sus crías, así que sacarles fotografías de lejos es la única opción viable.
  • Kilchurn Castles + Loch Awe. Era el segundo día de enero y Tabea mi amiga incondicional surgida durante Utrecht vino a visitarme, ese día la llevé de paseo por ese precioso lago que baña las tierras de uno de los castillos más impresionantes. Hay dos rutas disponibles, las dos igual de buenas. La más larga te lleva al castillo, y la corta al lago desde donde puedes mirar el castillo desde lo lejos. Yo me hice la valiente y me bañe medio cuerpo que fue lo que aguanté antes de temblar como un tambor. Había una pareja escocesa haciéndose cruces de ver como me metía en el agua, pero fue un baño purificante. Después de unos cuantos kilómetros paseando por los alrededores con el coche, cogimos un ferry y llegamos a los alrededores de Glasgow, y fuimos hasta un pub a calentar nuestro cuerpo.
  • Fife Coastal Path. Tenía las expectativas muy bajas de este lugar y me sorprendió gratamente, lo suficiente como para que esté aquí con su puesto bien ganado. Es una ruta a pie, siguiendo la costa, le dedicamos buen parte del día pero el camino es muy ligero y cómodo. En este camino se ven faros, océano, animales salvajes si eres suertudo, playas llenas de conchas, castillos y pueblos pesqueros. Nosotros aparcamos el coche y volvimos en autostop porque perdimos el autobús, así que os invito a ser más organizados que nosotros. Empezamos en Elie (faro + castillo) y continuamos por St. Monans (cementerio + delfines), Pittenweem (paradita obligatoria en The Cocoa Tree Shop, tienen un lugar muy gustoso y su especialidad es el chocolate, imagínate que maravilla tomar un chocolate calentito). Finalmente llegamos hasta Anstruther (playa llena de conchas), nosotros paramos aquí pero si te da tiempo intenta llegar hasta Cairl.

¿Cuándo ir a Edimburgo?

Es un lugar precioso para cualquier estación del año, durante el otoño los bosques se tiñen de colores ocres preciosos, durante el invierno la sensación de hogar envuelve toda la ciudad e incluso lugares lejanos y festivales vikingos. Durante la primavera el campo cobra vida con verdes alegres y en verano los escoceses brillan con festivales de verano bailes tradicionales y el famoso festival de verano Fringe.

Mis cosas favoritas:

  • Lunes de cine. Todos y cada uno de ellos, Martin y yo íbamos a los cines Rue cerca de London Street y aprovechando una oferta especial veíamos películas en inglés. Al final ya no sabía en qué idioma lo estaba escuchando porque se convirtió en algo muy natural.
  • Escapadas de fin de semana. Los dos trabajábamos mucho para poder hacer escapaditas durante los fines de semana, os he dejado algunas aquí y más adelante publicaré dos rutas que hicimos. Nos acabamos conociendo Escocia bastante bien.
  • Paseos. Auriculares puestos y un buen abrigo y siempre con la compañía de Lecker, muchas eran las tardes o fines de semana que paseaba por el centro de Edimburgo, tenía un recorrido que me relajaba y acabábamos en algún café leyendo o simplemente mirando el infinito.
  • Teatro. Martin es actor aunque no se dedique a ello profesionalmente en este momento y yo he tonteado alguna vez con este arte. Quisimos salir de nuestra zona de confort y apuntarnos a hacer teatro para conocer personas, así que nos metimos de lleno en un proyecto multicultural.

La Guinda de la Humanidad.

En este lugar se inspiró esta sección, el primer día que pisaba un supermercado en Edimburgo fui al Morrisons. Paseaba embobada mirando a mí alrededor productos nuevos, acababa de hablar con mi madre y me sentía un poco triste, melancólica y a la vez emocionada. Martin andaba perdido mirando la etiqueta de algún producto cosa que a mí me aburre soberanamente. Hacía frio en la parte de neveras y como siempre yo me envolví en mis brazos mientras paseaba por los pasillos. De repente vi a una mujer mayor escocesa que debía estar pasando el mismo frío que yo, se fregaba las manos y soplaba en ellas para calentarse, me miró con ternura y me cogió las manos entre las suyas y las fregó para darme calor. Como si supiese mi dualidad sentimental, como si me diese la bienvenida o simplemente quiso conectar conmigo. Y para mí, ese gesto significo muchísimo, no puedo expresarlo, no nos conocíamos, ni me pidió permiso, pero mi mirada sé lo dio, mi necesidad por sentirme acunada en ese momento. Así que allí donde estés gracias.

Edimburgo

Creo que en este post se nota mi amor por el lugar, no sé expresarlo de otra manera, pero lo importante es que fui muy humana. Al principio sufrí por falta de adaptación, por no saber si merecía esa oportunidad pero, Escocia me demostró desde que entré en sus fronteras que podía llamarla hogar. Espero que todo esto os sirva para inspirar tu viaje a Edimburgo, me faltaron por descubrir miles de lugares pero eso ya te lo dejo a ti.


Ahora es tu turno para viajar


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2 respuestas a «Escocia – Edimburgo»

  1. he leeido tu bloc y me ha encantado!!! soy una mujer de 64 años y estoy planeando viajar el proximo año que me juvilo porque toda mi vida he dedicado a trabajar y cuidar mi hogar y dos hijas,pero desde jovencita me gusto la idea de viajar pero no tenia oportunidad y es una materia pendiente.Una de mis hijas esta casada con un escoses y me interesa conocer la cultura para enseñarle a mi nieta cuando este con ella incluso estoy aprendiendo ingles.Cada año viajo a escosia a pasar vacaciones alli.Muchas gracias por compartir bonita esperiencia,me has animado.

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